En la serie Terminator: The Sarah Connor Chronicles (suspendida definitivamente justo cuando empezaba a ponerse interesante) se nos muestra el desarrollo de una inteligencia artificial con la mente de un niño pequeño y la capacidad de proceso del más potente mainframe. Esta IA es conectada eventualmente a un organismo humanoide para ampliar su experiencia «humana». El cuerpo es la réplica de un humano adulto, y su actitud en ningún momento despierta pavor.
Si esta IA era realmente responsable de la futura destrucción de la humanidad o no es algo que nunca sabremos, pero en el caso que así fuera los diseñadores de la serie deberían haberle dado el aspecto de Diego-san, el bebé-robot de la compañía Kokoro y el Machine Perception Lab de San Diego. La horrenda criatura está modelada a semejanza de un bebé de un año y dispone de los más sofisticados sistemas motrices y de percepción de movimiento fabricados hasta hoy.
La máscara de goma que vemos es tan sólo el primer prototipo, dicen los responsables. Es de suponer que para los siguientes usarán carne y sangre de bebé cultivadas expresamente.
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